Qué extranjeras razones evitan el encuentro;
agonizan danzando incesantes
no asumen el lecho.
Intuyen el final inevitable
las danzas no consumadas angustian
distancian, abisman
Qué extranjeras razones
Angustian, distancian, abisman
A seres que en otro mundo se deglutirían mutuamente:
Las razones contra la antropofagia
Que son siempre extranjeras
Que no nos son propias
Los dictámenes de muerte
El epíteto cuñada impide las erecciones
El epíteto marido impide la vida
Y solo impiden la consumación;
en otro mundo mi amor, en otro mundo.
1 comentario:
Gracias, Andrés!
Tal vez las razones sean extranjeras, pero llevan tantos tiempo habitando dentro nuestro que se han vuelto casi nativas... habría que sacarlas a pasear por otros mundos para que se den cuenta que las distancias que impiden el encuentro son inventadas.
Será cuestión de empezar a descubrir epítetos que habilitan el amor y no los que lo cierran...
Bonito lo que escribes, moviliza mucho... Gracias de nuevo.
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