martes, 26 de enero de 2010

Yo les doy lo mio II

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Estoy dividido, sé cómo debe pensarse y sé que están equivocados: Están equivocados respecto a mí; no pertenezco a su pensamiento. Multitud de hombres y mujeres eclipsados en una ideología burguesa y conservadora, me juzgan. Ellos, los esperanzados en el alzheimer, los que ansían llegar a viejos y asistidos por esta enfermedad des- responsabilizarse por las oportunidades perdidas, oportunidades de hacer algo que le valga al mundo, en la vida.
Cómo escupirles el rostro para que se avergüencen del mal que prohíjan, si pasean con sus caras vomitadas por los manipuladores de turno; mi escupitajo no podría envilecerlos más. Porque no son concientes de la corrupción de sus almas.
Al levantarme cada mañana tengo que pasar lista uno por uno a mis pensamientos emancipadores, para que no me convenzan los predicadores de la muerte, lo esperanzados del alzheimer. Es imposible ser aceite en un agua tan sucia, la promesa de libertad en un mp4, el confort de los mercedes, el deber de esclavos.
Yo, el enfermo, el marginal, el inoportuno; no sé cómo no cargo con muertos aún en mi vida. Necesito de seres como yo, por favor comuníquense con migo al leer éstas líneas; pero sean cautos, no tengo ganas de tentar al asesino que me habita.

martes, 19 de enero de 2010

Molusco chusco

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¿Se puede amar a una babosa?
Esos animalitos tan insípidos
Tan lentos
Que dejan un rastro de angustiante baba

Son verdes y pringosos
Uno no se imagina besar algo de tal naturaleza
Además cómo abrazar a una babosa
Para lograrlo habría que abrazar, por lo menos, a todas las que habitan un jardín más o menos extenso.
Habría que llevarse al pecho un puñado de babosas

Prefiero disecarlas con sal
Así vomitan de una vez toda su baba
Una vez rociadas con sal pude uno olvidarse de las babosas de su jardín
Ya que no han de volver a molestarnos con su paso cansino y su humedad constante