martes, 10 de agosto de 2010

El por qué de la quiniela

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Una esperanza, cualquiera sea, es suficiente
Es halito de vida
Oración, especulación financiera o promesa de amor

Vivimos por la esperanza
Morimos por su ausencia
Somos lo que la esperanza teje, o no somos

Cada mañana siembra el hombre justo
Un justo anhelo
El canalla siembra, igualmente esperanzado, su injusticia

Y el bueno y el malo
Equilibran la balanza
“pido que me perdonen por este día, los muertos de mi felicidad”; OH Enorme Silvio

El demonio tiene confianza
En su esperanza justa
Los santos confían en su bondad

Santo o demonio, son siempre denominaciones incorrectas; que le sirven al demonio*.




*Es decir, Demonio es aquél que mira a su sociedad y ve buenos y malos. Porque en realidad ve, convenientes e inconvenientes; respecto de su sola conveniencia, sin atender a la conveniencia del conjunto social, la cual limita nuestra propia conveniencia a la vez que la legitima.

2 comentarios:

Luisa dijo...

¡Precioso poema!
Bonita forma de entender la esperanza
Profunda reflexión de lo bueno y lo malo, con la cual coincido (¿será que voy aprendiendo a ser un poco demonio?)
Gracias!

Jorge Andrés Costela Cortez dijo...

Gracias a vos también Luisa, porque en ese pensamiento que compartimos va mi existencia. Mi pensamiento es nada sin un otro que lo atestigüe, y más aun, sin un otro que lo justifique. Gracias.