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Tienen razón las hojas de este árbol
Que se mecen a capricho del viento
No se equivoca el agua en su trayecto
No hay ley en su curso que impela camino alguno
Duerme manso el niño, y la luna lo besa desde el postigo entreabierto
No hay animales sedientos, pues a la vera del río crecen.
Y la muerte no es un asecho constante
Es sólo un momento que sucede en toda vida.
El cuerpo es un viejo sabio
Que antecede a nuestras conciencias
Él se queja con furia cuando le imponemos
Dogales, riendas foráneas
Inclinémonos empujados por el viento
Hagamos la revolución de volver a la senda perdida
Que no nos impongan sus leyes los inhumanos
Que dejen tranquilo nuestro tránsito nimio.
Los ojos de la hormiga - Adriana Luna
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*"Los ojos de la hormiga" *es una publicación plegable en la que te
presento textos de mi autoría. Está diseñada para que puedas imprimirla en
una sola...
Hace 1 mes