


He curado nuevamente mi herida
Cicatrizando a través de una angustia pesada como la sangre;
El agua es más liviana que la sangre
El agua que entibia los cuerpos de los tibios
Que se cuela por las grietas e irrumpe, calma;
Dando vida a difuntos.
No hay agua en mis venas
Hay sangre pesada, y probablemente en vano
Qué tiempo acomodaticio éste, que vindica el agua.
¿Dónde esconderé mi voz cuando truene?
A callar se ha llamado al mundo
Y es una realidad incómoda
Las iglesias y sus ornatos
Las profesiones y lo que no profesan
Los exámenes y sus víctimas, las voces.
Todo en su lugar
Abrir cráneos es tarea de forenses
¡OH! exultante máquina del orden
Plenitud del confort
Facturas saldadas en término
Alegrías de este presente de las voces marchitas
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