lunes, 27 de julio de 2009

Canción que acuna

Registrado en Safe Creative E A SiM E5
Ella pinta simple la razón del día
E Aadd9 A
Ella busca dentro de mi anatomía
C#m7 B D#7 G#m
Y siempre me encuentra Con el alma inquieta
A E B7 E
Y abre toda poesía Y me regala una flor

E A E A
Un rayo de luna Una mano blanca
C#m B D# G#m
Que me agarra fuerte Y del barro me saca
A E B7 E
Y me limpia con la magia Que desprende de su voz

C#m F#
La canción es amor, Es desencuentro,
D#
es desgarro Y desenfreno
G#m E
De la más pura pasión
C#m F#
Humedad de los ojos Más sinceros
D# G#m
Fuerte nudo en el pecho Del que da su corazón
A E F#m E
Laralalarira lararaira

E A E A
Es la melodía Que en mi mente vuela
C#m B D# G#m
Cuando estoy perdido Cuando no me encuentro
A E A E
Me devuelve a la tierra Acunándome

E A
Y cuando me abraza Mueve mis sentidos
E A
Y mi sangre hierve En mi cuerpo encendido
C#m B D# G#m
Y me siento libre Naciendo de nuevo
A E F#m E
Y tomando mi camino Con más fuerzas que ayer

domingo, 26 de julio de 2009

El silencio de los inocentes

Registrado en Safe Creative Los inocentes, los corderos, los alienados
Son las víctimas
Y nosotros, los esclarecidos, sus victimarios

El campo de cultivo de esos frutos
Es abonado con el miedo y el engaño
Nosotros, los esclarecidos, lo abonamos

Arte suprema la de alimentar esas reses
Hasta el punto justo en que su peso
Las evidencia maduras.

Mantente alerta, nadie sabe quién es segador
Quién es lo sembrado
La hoz se agita sobre la cabeza de algunos, empuñada por otros tantos.

miércoles, 15 de julio de 2009

abundancias y anemia

Registrado en Safe Creative Estoy parado en medio de la incertidumbre, de nuevo. Otra vez parece imposible que pueda iluminar mis propios pasos en la noche del azar del mundo; no encuentro otro remedio que el de quedarme quieto, en silencio. Cualquier dirección es la misma, no se ajustan las formas, no hay colores; sólo el negro manto de una nocturnidad sin luna.
Y esa inquietud que nace en mis entrañas me pide algo distinto, esta ansiedad necesita de arco iris y de vuelos elevados. Y al no poder dárselos sucede como una dilatación del tiempo, parece que nunca llega la claridad del alba. Y sin embargo recuerdo que la semana pasada esas luces se sucedían día tras día, noche tras noche. Pero es un recuerdo mesquino porque no importa la clave que enciende esos destellos.
De nuevo estoy aquí, escribiéndome para inscribirme en el discurso que me explique la nausea de mis horas subterráneas, con la esperanza de que tal vez en este espejo de letras, halle algún sortilegio que corrompa las barreras de mi inconsciente, y me devuelva la combinación maestra de la bóveda en que se alojan mis ganas de vivir.
Como aquel mago tribal del relato de Borges, cuento con pocos instantes de luz para descifrar el enigma, y es desesperante atisbar la solución en el instante en que la luz cesa, porque en la obscuridad el enigma reconfigura sus formas. La condena insolente a la que he sido remitido es la misma que la de cualquier paria, en el cruzar de nuestras miradas adivinamos nuestra misma suerte. El que duerme en una esquina de la ciudad, en un banco de plaza, el que ha sido sepultado en un manicomio, todos somos el mismo hombre con la misma condena.
Ahora, en este preciso instante comienzo a entender algunas cosas, el oscuro azar del mundo es el enigma y cada uno de nosotros ocupa azarosamente su sitio, pero no hay sitio, ésta palabra es sólo una comodidad literaria. La luz que imploro es el ejercicio de algún orden que disuelva el azar, es una ficción. Y la realidad, la solución del enigma, son estas ganas de morir o de escribir que me han dado.