Parece haber una especie
de entrañable desprecio, de algunos, que no pudiendo alcanzar lo prescindible
que en ellos es necesidad; (este desprecio) se apuesta a herir, a destruir lo
que en otros es del orden de la libertad, de la responsabilidad consigo mismos.
Y ella soltó mi mano
después de un tibio intento
Me hirió de muerte pero
vivo alcanzo a levantarme.
Y esta otra, a mi corazón
desnudo no le dio tregua,
zas, de un zarpazo gatuno
me abrió el pecho;
herido de muerte pero
vivo dudo, mas prosigo
¿Qué nueva herida mortal
espera?
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